La humedad fuera de los parámetros recomendados no sólo afecta a las personas. Los edificios, maquinaria y equipos se ven gravemente afectados. Sin embargo, es en el producto resultante de las actividades industriales donde es posible medir el impacto de la humedad no controlada. Así como en el propio proceso de producción.

“El control de la humedad se ha vuelto cada vez más esencial en diversos procesos de producción. Muchos productos sólo pueden fabricarse en entornos con humedad controlada, abarcando una amplia gama de industrias. En la industria farmacéutica, por ejemplo, la deshumidificación es crucial en el manejo de componentes higroscópicos en distintas etapas de producción. La industria alimentaria también hace un uso extensivo del aire deshumidificado para controlar la contaminación en los mataderos y en los procesos de producción de alimentos en polvo, como los secadores por aspersión que aumentan la productividad. Además, el aire seco es fundamental en la fabricación de vidrio, componentes electrónicos, fibras ópticas, secado de cápsulas, almacenamiento de semillas y, más recientemente, en la producción de baterías de litio para automóviles, cuya humedad relativa en la zona de producción no puede superar el 1%”, explica Danilo Santos, de Munters Brasil.

Existen varias situaciones en las que una humedad fuera de control y por encima de niveles aceptables puede contaminar el proceso productivo. “En situaciones donde las fábricas no tienen un buen mantenimiento o no tienen una buena gestión del proceso de automatización HVAC; en industrias como la alimentaria, por ejemplo, la alta humedad puede desarmonizar, cambiar texturas o caracterizar mal las recetas de los productos, generando desperdicios cuando pasan por los sistemas de calidad”, dice Amanda Salamone, de IMI HydronicEngineering.

Santos agrega que los ambientes con humedad por encima de los niveles aceptables suelen ser propicios para la proliferación de bacterias, hongos (moho), virus y otros contaminantes. “Esta condición puede comprometer la calidad de los productos, afectar la seguridad y la salud de los consumidores y provocar pérdidas importantes en la producción”.

Las respuestas a los problemas derivados de humedades fuera de los estándares establecidos para cada tipo de actividad variarán según el proceso productivo. “Cada aplicación tiene estrategias específicas para controlar la humedad. En frigoríficos, por ejemplo, donde las temperaturas son bajas, la solución pasa por evitar la condensación en las superficies (paredes, techos, suelos) para contener la propagación de contaminantes”, continúa el ejecutivo de Munters.

A menudo, cuando se piensa en una humedad descontrolada, la imagen inmediata es la de exceso. Pero tasas por debajo de los niveles recomendados también son perjudiciales. Los procesos textiles, por ejemplo, pueden verse perjudicados por el secado de los hilos, provocando roturas y pérdida de producto. Los procesos mal dimensionados o bien dimensionados, pero con ampliaciones de fábrica mal gestionadas, sin preocupación por modernizar los sistemas HVAC, son entornos propicios para la falta de control, según Salamone.

“Lo ideal es realizar la medición siempre en las ubicaciones correctas, pudiendo incluso utilizar dos o más sensores en ambientes más grandes. Se debe evaluar la referencia en este tipo de aplicaciones. Hay casos en los que la realización de promedios aritméticos sirve al proceso, sin embargo, en casos más críticos, el uso de la referencia de medición del sensor con el 'peor caso' tiende a producir un mejor resultado para el proceso de lectura y posterior actuación a través del PID. controladores”, recomienda el director del IMI.

Las cámaras frigoríficas requieren un control de la humedad, especialmente cuando se almacenan productos como frutas y verduras, entre otros. Esto es necesario para evitar la deshidratación de los productos. Las hortalizas están compuestas principalmente por agua, variando entre el 70% y el 95% de su peso total, por lo que el control de la humedad es fundamental para mantener la calidad y el peso original de los productos durante el mayor tiempo posible.

Este control debe realizarse con controladores adecuados a las condiciones de cada entorno, que, para mayor seguridad, también deben gestionarse a través de software y aplicaciones. Full Gauge Controls, por ejemplo, cuenta con los instrumentos MT-530E Super aptos para humedad relativa del aire baja y media (del 10% al 85% sin condensación) y el AHC-80 plus, que se basa en la psicrometría (diferencia entre bulbo seco y bulbo seco) para medir la humedad relativa del aire entre 40% y 100%. Ambos se comunican con el Sitrad PRO. Para cámaras de fermentación de pan, como panaderos nocturnos, recomendamos el modelo TO-751.

Cristiano Leste, de Ingeniería de Aplicación de Full Gauge Controls